Introducción
Desde los años ochenta se han llevado a cabos numerosos estudios que han
mostrado el abordaje de las estrategias de aprendizaje en distintas poblaciones
y con variados instrumentos, dando a la importancia, de aprender contenidos
conceptuales fundamentales como también sus procedimientos y estrategias
para manejar la información. Siendo una de las razones para reafirmar como
investigador que, el aprendizaje estratégico es una necesidad en la
sociedad de la información y del conocimiento.
Bajo esta
perspectiva, se relacionan el fracaso escolar a la falta de estrategias de
aprendizaje, entienden que las mismas facilitan el procesamiento de información
e incrementan el rendimiento en la tarea, puesto que las
funciones cognitivas implicadas en la ejecución de estrategias de
aprendizaje son, selección, comprensión, memoria, integración y
monitoreo cognoscitivo, es decir, procesos básicos que garantizarían un
procesamiento profundo y eficaz de la información. Las estrategias de aprendizaje,
están orientadas hacia los alumnos con el fin de que aprendan conjuntamente de
forma significativa.
En este sentido,
para actuar estratégicamente se deben seleccionarse distintos tipos de
conocimiento en relación a las condiciones específicas de cada situación. De
hecho, la clave de una actuación estratégica es la toma consciente de
decisiones que permite analizar y optimizar los propios procesos de aprendizaje
y pensamiento, y por ende, mejorar ese aprendizaje y resultados y producciones
que de él se deriven.
En este orden de
ideas, las estrategias de aprendizaje son especialmente importantes para el
aprendizaje puesto que constituyen herramientas para el desarrollo de
competencias comunicativas básicas, en tal sentido se considera que estos
resultados podrían ser usados para el planteamiento de un plan de
intervención tendente a desarrollar en el alumno habilidades cognitivas y
metacognitivas a nivel superior.
Finalmente las
estrategias de aprendizaje forman parte de los elementos más relevantes a la
hora de pensar los procesos de aprendizaje, dado que constituyen entre otros
aspectos la base fundamental sobre la que se construye el aprendizaje del
alumno, en todos los niveles educativos de formación, como así también, en toda
disciplina de estudio.
Estas actividades u operaciones
que el estudiante pone en práctica facilitan o mejoran la realización de la
tarea (Beltrán, 2003) y, por otra parte, conducen al alumno a poner en juego un
pensamiento reflexivo, que le otorga mayores beneficios en su aprendizaje (Monereo,
1999).